20 mayo, 2015

Presentará escritor y periodista cubano Jesús Ángel Díaz Loyola sulibroCrónicas del Caribe


POR Roberto A. Paneque Fonseca

El  escritor y periodista cubano Jesús Ángel Díaz Loyola presentará el 21 de mayo en el Centro Asturiano de Madrid su libro Crónicas del Caribe, de la Editorial Stella Maris, que cuenta la historia de su vida.

Es la historia del emigrante asturiano Manuel Antonio Álvarez Álvarez (“Manolín”) que se pasó 80 años en Cuba y fue erigido en Padre de la Radio en la mayor de las Antillas.



‘Crónicas del Caribe’ es una semblanza de la vida que llevó el emigrante de América vista en la perspectiva de un hombre que vivió por la radio y para la radio, y que fue en el Caribe y Centroamérica, el protagonista esencial del invento que revolucionó la comunicación social en el siglo XX.

El asturiano Manuel Álvarez (a la derecha de gris), erigido en padre de la radio en Cuba, en la ya mítica 6EV, su primera emisora, que sacó al aire en los albores de 1920 cuando en Cuba y gran parte de Centroamérica no había llegado la radio.
La historia de Manuel «Manolín» comienza en el otoño de mil ochocientos noventa y nueve, a la luz de la invención de la radio por Guillermo Marconi.
En el seno de una familia española en Carreño, Asturias, siendo un niño con trece años, sin el viento de la edad a su favor, se resiste a seguir en su pueblo: la parroquia de Santiago de Ambás, y emprende la aventura de hacer las Américas.
Este es el resultado de tres décadas de búsquedas, en que apunté pacientemente la vida de Manuel, rastreé las huellas de su infancia española y armé su historia, gracias a la convivencia idílica que los dos tuvimos en Cuba y la radio.
Cuando Manuel se embarcó en el vapor francés La Normandie, en La Coruña gallega de 1905, era un rapaz en busca de la tierra prometida. Al llegar a La Habana, vivió en el Centro de Detención de Tiscornia la cruenta página de la leyenda negra de la inmigración en Cuba. Toreó el chantaje y las incomprensiones de petulantes cuando pretendió enseñar la radio como un invento humano, y pasó amarguras de todo tipo en el gran ruedo de la vida.

En el crepúsculo de su vida, el Ayuntamiento de Carreño (Asturias) le envió un hórreo de plata, lo que mas añoraba de su lejana infancia asturiana.
En mil novecientos veinte, Manuel comenzó una complicidad idílica con la radio. El camino fue afanoso y le llevó a las rutas creativas del diálogo con el pueblo, la creación de emisoras y la recreación artística e informativa de cuánto aconteció a su alrededor.
Dos años antes de la primera transmisión oficial de radio en Cuba, Álvarez abrió su legado histórico desde Caibarién en 1920, cuando inauguró la 6EV, una planta con veinte watts y en banda de doscientos veinticinco metros, que cimentó el firmamento sonoro de una época. Los reportes de la prensa de la época guardan constancia justiciera de los tiempos gloriosos que protagonizó el asturiano.
Un lustro después de la 6EV, en 1925, Manolín se empeñó y formó otra planta de radio bajo las siglas 6LO. En 1930 consiguió la tercera emisora, y por indicativo puso CMHD, la cual era escuchada en la banda de 325 metros con una potencia de 250 watts, la mayor entre las emisoras del interior del país.
El alcance humano del invento traspasó los límites de Caibarién, y Álvarez dispuso también de emisora a otra ciudad costera del norte cubano: Sagua la Grande (CMHA).
En la médula de su quehacer está, sin duda, la tenacidad del emigrante asturiano por llegar con su brazo a cualquier lugar del mundo. Sus emisiones inagotables trascendieron fronteras y llevaron el mensaje de las ondas a gran parte de Las Américas.
En Cuba, se relacionó con los círculos literarios de su tiempo y pudo codearse con grandes celebridades como el granadino Federico García Lorca, quien visitó a Caibarién, —su pueblo cubano— en el verano de 1930 junto al hispanista José María Chacón y Calvo (1892-1969), a quien Lorca había conocido en España, en 1922; trató a la chilena Gabriela Mistral (1889-1957), Premio Nobel de Literatura después, quien también recorrió la Villa en 1931. A todos les conoció cuando la radio les hacía brillar.
En 1982, en el crepúsculo de su existencia, con 94 años y ya ciego, el oficial Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT) le reconoció la paternidad de la radio: “Manolín Álvarez transmitió en 1917 las primeras señales de radio en Cuba”, reza una placa en la casa donde tuvo su primera emisora en la calle de Céspedes, 7 en Caibarién, Villa Clara.
En la casa donde nació y vivió, en Santiago de Ambás, Carreño, Asturias, le recuerdan desde 1991, cuando Manuel habría cumplido 100 años. El Ayuntamiento de Carreño suscribió allí: “como homenaje a uno de sus hijos más distinguidos y que llevó en su corazón y en las ondas, el título para él más amado de ser español y de su asturiana Ambás, en Carreño”.
DATOS DEL AUTOR
Jesús Díaz Loyola, conoció y convivió en Cuba con “Manolín” Álvarez. El autor nació en la ciudad portuaria de Caibarién, en 1964; el testimoniante vivió más de 80 años en esa norteña localidad cubana; eso determina el encuentro de dos culturas, dos tiempos y una pasión común: la radio.
Díaz Loyola estudió periodismo en la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba; fue redactor-reportero de prensa en el diario Vanguardia, de Villa Clara, en Radio Progreso, Radio Rebelde, Radio Habana Cuba y en la Agencia de Información Nacional (AIN). Ha publicado sus trabajos en medios de comunicación de España y Estados Unidos. Actualmente reside en Madrid. 


‘Crónicas del Caribe’ es un documento que nos traslada en el tiempo a las distintas etapas que tuvo que vivir un emigrado del siglo pasado, atraído por el sueño de hacer Las Américas: una historia que se mueve desde la dureza de una vida, el viaje y el dolor por el aislamiento de la familia, el rudo trabajo y las costumbres hasta el sueño anhelado de la invención de la radio.

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