02 mayo, 2012

UNA EXTREMEÑA GANA EL PREMIO "LUMINARIAS DE FONTANAREJO 2012"

La extremeña Victoria Asensio Mora ganó el premio de
fotografía de "Las Luminarias" de Fontanarejo de los Montes de Toledo (Ciudad Real) 2012.

La imagen premiada es una perspectiva de la tradición que cada año, el 30 de abril, mueve hacia el legendario pueblo castellano-manchego, a sus hijos dispersos por España.

Victoria Asensio concursó con varias fotos. La elegida por el jurado, entre decenas de instantáneas, muestra la imagen de cuatro jóvenes que avanzan por entre la humareda que provoca el fuego de las lumbres en las calles.

Pero de manera especial de su autoría resalta la que muestra a un hombre reanimando el fuego sobre las ramas de romero que cada año cubren de humo el pueblo, en una tradición ya ancestral que los habitantes improvisan en los alrededores de sus casas.
Victoria Asensio nació en Navalvillar de Pela (Extremadura) y durante años ha sido activa participante de las tradiciones del municipio ciudadrealeño, a unos 200 kilómetros al sur de Madrid.

El premio asoma a su quinto año, y cada vez es mayor el nivel de participación y de calidad de las fotos tomadas por nativos o visitantes espontáneos, que se convierten en coprotagonistas de las luminarias de Fontanarejo.

Una muestra con las mejores fotografías presentadas a la edición de este año, confirma el contraste del lente entre la belleza del entorno natural y una tradición que cada vez hace allí más historia.

Aunque el premio no es remunerado, nota que debería tomar en cuenta la Diputación provincial de Ciudad Real por el legado que representa para la historia del pueblo, el lauro es reconocido con una reproducción en cerámica de la foto premiada.

En la ceremonia se entregó también el premio a la mejor foto artística a Vanessa Martínez Pavón. Su teleobjetivo igualmente reflejó la mítica tradición de este pueblo con más de 500 años.

Ademas recibieron el homenaje la agrupación musical Los Águilas, la fontanarejeña Manoli Pavón Castillo y el médico Ernesto de Nova.

El premio de fotografía de Las Luminarias "Romeros Cencíos" de Fontanarejo de los Montes, lo organiza cada año la Asociación "Amigos de las Luminarias", ahora en homenaje a Román Fernández Martín, un un extinto hijo ilustre del lugar, defensor de esas tradiciones. Su entrega se convierte en fiesta cultural del mítico pueblo de los Montes de Toledo. Una tradición medieval en un pueblo castellano-manchego

Probablemente como nunca antes en los últimos años, Fontanarejo de los Montes de Toledo asistió este fin de abril a las más concurridas luminarias de los últimos años, una tradición medieval en ese pueblo castellano-manchego con mas de 500 años de historia.

Como cada 30 de abril, el legendario pueblito distante casi 200 kilómetros al sur de Madrid reeditó la secular tradición cuando al caer la tarde se encendieron lumbres de romero verde a las puertas de las casas.

Con el ocaso, al toque a rebato de las campanas de la iglesia parroquial, el vecindario y visitantes, al unísono, encendieron la llama de las luminarias.

Anoche (lunes) todo el pueblo quedó cubierto por el humo y el olor del romero en un singular espectáculo que duró hasta la madrugada.

Como cada año los fontanarejeños, dentro y fuera de sus casas, se confundieron con el humo purificador en una tradición que, según la leyenda, tuvo sus orígenes en consecuencias epidémicas que encontraron en el romero una alternativa como desinfectante y un interés etnológico y etnobotánico.

En la Edad Media, los primitivos pobladores del asentamiento poblacional que dio lugar a Fontanarejo, echó mano del romero, abundante en sus montes, como un peculiar método de purificación, a modo de gran sahumerio, para hacer frente a algún tipo de enfermedad.

Otras versiones apuntan al homenaje, en forma de “luminarias”, que se rendía a través del tiempo a los patronos, San Felipe y Santiago, primero con luminarias y después en procesión al siguiente día, 1 de mayo.
La tradición dura hasta nuestros días.

La tradición de las ya épicas luminarias de Fontanarejo pudo haber tenido también su origen cuando otrora los cabreros y los pastores, encendían sus lumbres de romero en la sierra, a pie de chozo y permanecían en las majadas en un acto de cuidando simbólico sobre sus rebaños.

Lo cierto es que anoche, una vez mas, el intenso olor a romero cubrió toda la geografía del municipio ciudadrealeño de Fontanarejo con la quema de Las Luminarias.

Se encendió el Romero y ardieron los haces de romero apilados en las calles, en tanto cientos de visitantes, mas que en muchos años, contemplaban situados delante de cada de las rústicas casitas el inusual espectáculo de cada 30 de abril en un rincón castellano-manchego que se llama Fontansrejo.

El resto del año los pocos habitantes que no han abandonado el pueblo, viven una cofradía entre la vida apacible y la verde armonía de las sierras de Los Montes de Toledo, junto al Parque Nacional de Cabañeros.

Anselmo Martínde, es representante de la Asociación Amigos de Las Luminarias de Fontanarejo, un colectivo de personas, hijos o descendientes, que cada año promueven la festividad.

"Ni el masivo éxodo demográfico de nativos ha extinguido una tradición que viaja con el tiempo", subraya y apunta que la singular fiesta de su pueblo "no la ha podido manejar nadie, ni el poder político, ni el poder eclesiástico, nació del pueblo y es el pueblo quien la mantiene".

Anselmo vive en Madrid. Para él y muchos nativos cada cierre de abril es obligado volver la vista atrás, porque las luminarias fueron el lunes, el preludio de la celebración de San Felipe y Santiago, los patrones del municipio, que hoy vive su particular festividad.

Fontanarejo de los Montes, es un
pueblo español de la provincia de Ciudad Real que pertenece a la Comarca Histórica de los Montes de Toledo. Visitarlo es un viaje al pasado y a los encantos de la geografía peninsul

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